En las últimas tres décadas, muchos gobiernos han argumentado que la propiedad estatal es inferior a la privada y que la privatización es una forma de mejorar el rendimiento de las empresas. En consecuencia, los gobiernos de todo el mundo han aplicado estratégicamente políticas económicas destinadas a transformar las organizaciones controladas por el Estado en organizaciones orientadas al mercado. En el caso de Egipto, hasta ahora se han privatizado 185 empresas. La primera fase del programa de privatización se puso en marcha en 1991 y pretendía reestructurar la economía egipcia. El programa de privatización egipcio se basó en seis factores principales (1) las políticas macroeconómicas, (2) la eliminación de las subvenciones y los controles de precios, (3) la liberalización del comercio exterior, (4) los cambios en la legislación laboral, (5) la creación de un fondo social para el desarrollo y (6) la privatización del sector público. Por lo tanto, la cuestión que se plantea es hasta qué punto, si es que hay alguno, el programa de privatización egipcio ha mejorado los resultados financieros y operativos de las empresas privatizadas egipcias, pero dada la dificultad inherente a la medición de los resultados de las empresas privatizadas, es evidente que va a ser difícil obtener respuestas concluyentes a esta cuestión.
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