Los exámenes orales convencionales, incluyendo la inspección visual y la palpación, son los métodos rutinarios para la detección de lesiones orales. Sin embargo, las lesiones sutiles pueden pasar desapercibidas y es difícil distinguir entre lesiones benignas, premalignas y malignas. Como el cáncer oral es el sexto tumor maligno más frecuente y es la principal causa de morbilidad y mortalidad con capacidad metastásica e invasiva, es urgente el diagnóstico precoz de las lesiones orales premalignas, antes de su progresión a carcinoma oral. La tasa de supervivencia a 5 años reportada es de alrededor del 50-63%. El CSO suele ir precedido de lesiones premalignas (Warnakulasuriya et al. 2007). En 2005, la Organización Mundial de la Salud recomendó el uso del término "trastornos potencialmente malignos" (TPM) orales en lugar de lesiones/trastornos precancerosos.
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