Desde mediados del siglo XX existe mayor interés de los individuos por estudiar una carrera universitaria. Se espera que al concluirla se tendrá una mejor aceptación en el mercado de trabajo, en consecuencia se insertarán más rápido y con mejor puesto en el primer empleo. Sin embargo, la tasa de desempleo juvenil indica que esta transición se está complicando, generando que los tiempos sean más largos para encontrar el primer empleo y que las condiciones de contratación se han precarizado, obteniendo menores prestaciones y salarios. La tasa de desempleo juvenil a nivel internacional, de acuerdo con el reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año 2012 se ubicó en 12.6%, lo que significó que 74.6 millones de jóvenes no tuvieron empleo en todo el mundo. Nuestro país no es ajeno a esta situación, México vive una problemática en cuanto a la tasa de empleo de los jóvenes, donde los graduados de las Instituciones de Educación Superior se enfrentan a periodos de transición largos y complejos.