Las zonas áridas y semiáridas son unidades geográficas y ecológicas donde predominan condiciones de sequedad extrema y cobertura vegetal reducida o casi ausente. Dichos factores repercuten en todos los procesos y en el comportamiento de las diferentes especies adaptadas a vivir en tales condiciones. Estas zonas se dan en todos los continentes del mundo, cubren el 33 por ciento de la superficie de la tierra y representan porcentajes significativos de la superficie de algunos continentes (África 57%, Australia 69%, Oriente Medio 84%); se caracterizan por una precipitación anual baja de entre 0 y 600 mm, temperaturas elvadas de hasta 47º centígrados, muy fluctuantes entre el día y la noche, y una elevada evaporación de hasta 4,000 mm al año. En estas zonas los cultivos se ven limitados por la escasez de recursos hídricos y la salinidad de sus suelos y del agua de riego, no obstante, poseen una elevada potencialidad productiva dadas sus condiciones de luminosidad y de alta radiación solar que presentan durante todo el año, favoreciendo los procesos fotosintéticos permitiendo una elevada producción de materia seca. El texto hace un estudio del cultivo de lisianthus en cultivo sin suelo