El presente trabajo no pretende ser un análisis económico sobre la caída del PIB (Producto Interno Bruto o Producto Bruto Interno) mundial a partir de la pandemia del COVID-19; sino más bien una problematización ética, que la pandemia del año 2020 precipitó a pensar sobre aquello que oculta este indicador económico. El COVID-19 no sólo configura una enfermedad infecciosa que atenta contra la vida; sino que también desnuda, quizás como nunca antes se ha visto, lo que excluye un sistema de organización social que subordina las vida(s) (Bio/Zoe) a un criterio formal matemático (PIB), cuando la teoría económica hegemónica (Neoliberal y Capitalista) de los países centrales prescribe para todos los países periféricos adherir en forma acrítica al dogma colonizador de ¿producir o morir¿. Es así como se establece que el único tiempo valioso, es el tiempo productivo. Pero frente a la crisis que ha generado la pandemia del año 2020, los tiempos se vuelven menos productivos y esta situación quizás constituya una oportunidad didáctica para descolonizar el PIB, desde una Politemporalidad (Morin, 2004) en donde el tiempo improductivo también es valioso.