La obesidad y el sobrepeso han devenido en una enfermedad crónica no transmisible en el presente siglo, que afecta tanto a los adultos como a los niños en edad escolar. La inactividad, junto a los malos hábitos alimentarios y formas de alimentación son, entre otras, las principales causas de este problema que afecta a una población que crece cada día. La sociedad reacciona ante esta enfermedad de diversas formas, pero todos los estudiosos coinciden en reconocer que mejorar los hábitos alimentarios e incrementar la actividad física diaria son los principales elementos que deben ser considerados para la erradicación de esta enfermedad. El deporte propicia la habilidad de ejecutar en forma continua y bajo determinada intensidad, complejos patrones de movimiento que al ser ejecutados de forma frecuente y reiterada logran desarrollar diferentes capacidades motoras como la fuerza, la velocidad y la resistencia. Un significado especial para la solución de esta situación la tiene la práctica masiva de las actividades físicas, la cual ha devenido en una vía que no exige condiciones especiales excepto el propio ejercicio de las mismas y un espacio para su desarrollo.