Tesis de Maestría del año 2015 en eltema Filosofía - Filosofía de los siglos XVII y XVIII, Nota: 92/100, , Materia: Maestría en Ciencias Humanas, Filosofía Contemporánea, Idioma: Español, Resumen: Acusado de la barbarie totalitaria, la crítica al proyecto ilustrado se volvió un lugar común para después de la Segunda Guerra Mundial, donde sorpresivamente convergieron las más divergentes filosofías, como el marxismo, el conservadurismo, el cristianismo, el feminismo y luego el comunitarismo y la posmodernidad. En general, se le endilgó a su ¿optimismo¿, ¿utopismo¿ y confianza en la ¿perfectibilidad¿ del hombre, entre otros, el haber inspirado los totalitarismos del siglo XX. El filósofo británico Isaiah Berlin fue uno de los primeros en los años 50¿ en avanzar una crítica en ese sentido a la Ilustración. La misma no dejó de sorprender puesto que Berlin procedía de las filas del liberalismo, una tradición filosófica cuya afinidad con Las Luces no había sido puesta en cuestión sino hasta esa distinción que trazará el autor. Según Berlin, el pensamiento ilustrado opera sobre la base de un ¿monismo de valores¿, esto es, la idea de que así como la ciencia descubre un conjunto de verdades acerca del mundo natural así también es posible encontrar, razón mediante, un puñado de principios éticos, políticos y estéticos universales y eternos. Sin embargo, para Berlin, esa concepción derrapa en una suerte de ¿hiper-racionalismo¿ autoritario y/o totalitario al volverse intolerante con otras formas de vida que considera ¿irracionales¿ y, por ello, obstáculos para el ¿progreso¿ hacia una ¿sociedad perfectä. Como respuesta a al monismo de la Ilustración, Berlin acude a la filosofía Contra-Iluminista, especialmente, a la de Vico y Herder, para fundamentar su defensa del llamado ¿pluralismo de valores¿, base de un liberalismo pos-ilustrado que atenúe las potencialidades autoritarias de la razón ilustrada. Ahora bien, en el último tiempo, ha habido una renovación de la lectura filosófica e historiográfica de la Ilustración. A la luz de ello, cuestionaré la imagen del autor de Las Luces como ¿monistä y, en especial, revisaré su lectura de Rousseau como el epítome de la filosofía ilustrada y su alegado ¿monismo¿. Contrariamente, sostendré que Rousseau fue el primer contra-iluminista, lo cual tiene consecuencias directas para la tesis general que defiende Berlin. Asimismo, señalaré diferentes limitaciones, simplificaciones y debilidades argumentativas del autor en su crítica a Las Luces.
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