El karité o "Shea yiri", que significa "árbol de la vida" en la lengua vernácula bambara, es una planta originaria de las regiones áridas del África subsahariana. La manteca de karité sin refinar es la sustancia oleaginosa obtenida de la semilla de las nueces de Vitellaria paradoxa C.F. Gaertn, miembro de la familia Sapotaceae, mediante métodos manuales o mecánicos. Conocida desde hace miles de años, esta manteca es un recurso muy apreciado entre las poblaciones africanas, que ya la utilizaban como fitomedicina por sus propiedades antiinflamatorias, antihemorroidales, relajantes, antitusígenas, antioxidantes, cicatrizantes, etc. Además de estas propiedades medicinales, la manteca de karité también tiene otras, por lo que se utiliza en cosmética, sobre todo en productos para el cuidado corporal por sus propiedades emolientes, hidratantes, para el cuidado del cabello, del bebé y de la mamá, fotoprotectoras y antiestrías... La mantequilla también se utilizaba como alimento y como materia prima en la fabricación de jabones de uso doméstico (kabacorouni en la lengua vernácula bambara). Hoy en día, esta grasa es muy apreciada tanto en la industria cosmética como en la farmacéutica.
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