Los videojuegos han crecido hasta convertirse en una de las industrias más importantes del mundo. Combinan una amplia gama de elementos creativos, industriales y tecnológicos, por lo que podemos definir los videojuegos como obras complejas que pueden encarnar múltiples creaciones intelectuales. Sin embargo, muchos profesionales han asumido que el sistema de derechos de autor es el único aplicable en el caso de la protección jurídica de los sistemas a través de los cuales los jugadores interactúan con un juego, denominados "mecánicas de videojuegos". Esta postura deja de lado otras opciones que podrían ofrecer sus propias ventajas e incluso sortear las lagunas legales existentes. Este artículo explora la posibilidad de utilizar el sistema de patentes, con sus propias limitaciones, para proteger estas mecánicas de videojuego.
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