La resistencia de los pueblos indígenas en América Latina nació hace más de cinco siglos. Esta oposición al avasallamiento durante generaciones se ha traducido en diferentes formas de acción colectiva, que les ha permitido alcanzar el reconocimiento de numerosos derechos tanto en el plano internacional como al interior de los Estados. A su vez, la consagración de los derechos indígenas en instrumentos jurídicos ha alentado las movilizaciones, en un proceso de mutuo apoyo y enriquecimiento. La legislación favorable ha permitido crear contextos nacionales más receptivos a las reivindicaciones indígenas, lo cual ha infundido ánimo a las organizaciones indígenas para plantear nuevas demandas y exigir el cumplimento de las leyes vigentes. En esta línea, el objetivo de este libro es exponer la relación entre reconocimiento de derechos y movilización indígena como procesos en interacción. Se privilegia el análisis del protagonismo indígena y su incidencia en la promulgación de una legislación favorable. Para ello, se presentan cinco investigaciones realizadas en el ámbito académico que muestran diferentes aristas de este fenómeno actual, presente en varios países de América Latina.