Un proyecto de vida denota la observancia consciente de una actitud positiva y propositiva frente a la existencia, se debe considerar como un horizonte en el que se describen, comprenden y planifican las metas, los objetivos y propósitos trazados, no sin antes aceptar la vida y confiar en las personas que la construyen de manera conjunta. Ser horizonte y responder al llamado cambio de mentalidad, supone entrar a lo nuevo, desde el pensamiento y desde el comportamiento. Un nuevo sentir pensando, pero haciéndolo con sentimientos dotados de significación, de acción y verdadera participación como humanidad, "Considerando al hombre como un ente histórico cuyas dimensiones y posibilidades solo se desarrollan dentro de la historia y de un modo progresivo" (Rodríguez, 1989. Pág. 84). El proyecto de vida se dimensiona como historia y horizonte, relatada y guiada por el autor quien es participe de la propia felicidad que supone su encuentro, uno mismo.