Los estudios sobre la cultura política española muestran una tendencia continua y preocupante de una desconexión entre los ciudadanos y sus instituciones. Esto genera sentimientos de dejadez y rechazo hacia las cuestiones políticas que favorece el desarrollo de ideas fundamentalistas de todo tipo. En una situación así, jóvenes y adultos no realizan análisis críticos y responsables, sino que permiten que una lógica simplista y rápida domine el debate político. Para luchar contra esto, el presente trabajo propone un proyecto educativo, a aplicar en centros escolares, a través del cual sean los propios alumnos los que tomen control de su propio proceso de aprendizaje y del centro en el que estudian. Simulando el sistema político de un país soberano, los alumnos de cada grupo-clase se organizarán en poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), con una Hacienda que actuará como sistema evaluativo a través de un sistema de puntos, y desarrollando relaciones diplomáticas con otras clases-país. Se trata, en suma, de trabajar los principios de libertad y responsabilidad, hacia uno mismo y hacia los demás, desde las primeras etapas de la vida de las personas y de los futuros ciudadanos.