El desarrollo de los países de todos los continentes se complica por la intervención directa y encubierta de los Estados Unidos en sus asuntos en circunstancias a menudo ficticias. En lugar del "imperio del mal" - la URSS - el "eje del mal" ha aparecido ahora en la retórica americana: Cuba, Myanmar, Zimbabwe, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia. La diferencia entre Rusia y los imperios de Occidente es que su surgimiento no se debe a la conquista, sino a la colonización campesina pacífica y a la adhesión voluntaria de los pueblos no rusos a ella. Pero "La Rusia zarista, como cualquier otra gran potencia europea de los siglos XVI-XIX siguió su política colonial y como cualquier otro imperio colonial de Occidente fue una "prisión de naciones". En esto no fue en absoluto original, nada nuevo en cuanto a robos, y no se inventó el exprimir el sudor de los pueblos conquistados, y no ocurrió nada excepcional en la "prisión" rusa en comparación con las "amuralladas" británicas, francesas, belgas, portuguesas y otras. La guerra ruso-japonesa, que decidió de qué lado estaba el "derecho" de saquear Corea y Manchuria, fue un incidente común comparado con la cadena de guerras coloniales anglo-españolas y anglo-francesas que se extendieron a lo largo de los siglos XVI y XIX".
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