En una época de constantes desencuentros, mirar a los otros y conectar con ellos resulta todo un desafío. La relación maestro-alumno no se salva de ello. En este trabajo se describe el trabajo realizado con docentes de secundaria para crear puntos de encuentro. Se parte de un diagnóstico situado y, a partir de éste, se detalla el diseño de un dispositivo de formación para trabajar tres dimensiones: alteridad, autoridad y diálogo con los docentes. Lo anterior orientado a reflexionar sobre la propia práctica docente, así como apoyar con un posible cómo que permita reconstruir poco a poco dicha relación.