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Una tarea importante para cada país es preservar sus antiguas variedades locales, que tienen buen sabor, mayor flexibilidad y mejor adaptabilidad a las condiciones ambientales. En el banco genético del Instituto de Recursos Fitogenéticos de Sadovo (Bulgaria) se conserva un número considerable de estos recursos, principalmente cereales, leguminosas, forrajes y hortalizas. Los materiales locales procedentes de la recolección ex situ de semillas se remontan a 1954 y se actualizan periódicamente. Las principales zonas de variedades locales in vivo pueden encontrarse todavía en los huertos familiares. El huerto familiar búlgaro puede definirse como un microsistema con un alto grado de diversidad de especies vegetales de hortalizas, leguminosas de grano, especies frutales, algunas plantas medicinales y aromáticas, vides, alfalfa, flores y hierbas.El mantenimiento y la conservación de las antiguas variedades locales y formas está muy estrechamente ligado a su uso tradicional, dialecto de la población local, sentimiento, celebraciones familiares y costumbres religiosas.El objetivo de este trabajo es trazar un panorama del estado actual de la agrobiodiversidad existente en el huerto familiar e identificar oportunidades para su preservación y conservación de acuerdo con la tradición búlgara y el gusto del consumidor.