La medicina es la más humana de las profesiones. Sin embargo su práctica diaria y más con el desarrollo técnico científico del que no ha estado ajeno este sector, lleva progresiva y peligrosamente a muchos trabajadores de la salud a ir perdiendo el sentido de lo que significa tratar a una persona, de la real comunicación y de la mejor relación médico o técnico con el paciente. Se ve en ellos una determinada entidad clínica y no a un ser humano con el rico mundo que lo compone, no solo físico y biológico, sino también, psicológico, social, espiritual, de múltiples experiencias que han conformado en él un ser lleno de sentimientos, emociones y necesidades. En este breve pero interesante texto hemos tratado de exponer uno de los grandes problemas morales con los que nos enfrentamos los que tenemos la bella tarea de disminuir o eliminar el sufrimiento de los demás, el de informar o no a un enfermo oncológico la triste noticia que está padeciendo de un tumor maligno.