Me enteré del fallecimiento de Vicente Feliú viendo el noticiero de televisión, cuando ya caía la tarde. Precisamente estaba en los retoque finales de esta obra, y me apuraba por concluir la edición, cuando solo faltaban detalles finales. No era este un poemario dedicado a Vicente, aunque en gran medida su presencia está en cada página de la obra, porque en ella trato de reflejar mi razón de ser poeta, y esa razón pasa por la relación de amistad que nació entre nosotros cuando nos conocimos en 1967, en la Universidad de La Habana. Desde entonces fuimos grandes amigos aunque no nos veíamos con frecuencia, debido a su activa vida como creador. Pero esa amistad me llevo por los caminos de la poesía, sustentada en un fuerte sentimiento humanista. Con lamuerte de Vicente, la visión inicial de esta obra cambió radicalmente, porque comienzo y final debieron ser transformados, y un nuevo libro se ha gestado a cuenta del anterior: el libro de Vicente.