El agua dulce ha tenido un papel central en las relaciones internacionales en América del Norte. Ríos y lagos atraviesan las fronteras entre Canadá y Estados Unidos, por un lado, y entre México y su vecino del norte, por el otro. La escasez y la sequía predominan en la frontera mexicano-estadounidense. La abundancia y la riqueza natural son el sello en la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Las asimetrías no podrían ser más evidentes. Sin embargo, a lo largo de más de cien años de historia, en esta región del planeta se han conformado regímenes internacionales para el manejo, distribución y conservación del agua, y para resolver disputas internacionales. A lo largo de estas páginas se describen estos regímenes, sus orígenes, desarrollo y algunos de sus resultados. También se ha pretendido hacer una comparación entre la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) de México y Estados Unidos, y la Comisión Conjunta Internacional (IJC), de Canadá y Estados Unidos. Toca al lector decidir si estos regímenes han servido para solucionar los problemas importantes en la materia.