La prevalencia de la depresión, como concepto general de enfermedad, ha aumentado en todo el mundo, convirtiéndose en un grave problema de salud. En el periodo postparto, numerosas investigaciones han demostrado que la depresión postparto produce consecuencias biopsicosociales negativas tanto en la madre como en el niño. La prevención y oportuno tratamiento de esta patología posibilitaría reducir el impacto negativo de esta enfermedad en la madre, el niño y su entorno. Estudios sugieren que la lactancia materna favorece el desarrollo del lactante, el fortalecimiento del vínculo materno y los sentimientos de bienestar en la madre, disminuyendo el riesgo de sintomatología depresiva. De este modo, el libro propone evaluar si el éxito o fracaso en el establecimiento de una lactancia materna satisfactoria pudiese constituir un factor predictor temprano del riesgo de depresión postparto, permitiendo así definir nuevos grupos vulnerables.