Actualmente en los ritos sincréticos se presenta un flujo de ideas que se mueven hacia contextos cada vez mas separados del territorio de orígen, afectando de esta manera los nuevos territorios en donde se practican estas religiones. Esta nueva y falsa cosmogonía ha propiciado una crisis de valores éticos y morales, donde la delincuencia se cobija bajo el manto de la santería, el ifa, el palo mayombe (en sus ramas kimbisa, briyumba, shamalongo) y candomble, y otras para crear grupos de crimen organizado dirigidos o guiados por el sacerdote de estos cultos (padrino), quien con sus adeptos (ahijados) y las diferentes corporaciones policíacas tejen redes delincuenciales basadas en adivinación, veneración a osamentas humanas y rituales de sacrificio, sin remordimientos o sentimientos de culpa, lo que podría explicar ciertas patologías como síndrome de superioridad ilusoria, trastorno antisocial de la personalidad y trastorno de la conducta. Es por ello que surge esta obra para conservar y preservar la esencia de la magia africana.