La atrazina es un herbicida selectivo que se utiliza para controlar malezas en cultivos de caña de azúcar, maíz y sorgo. Presenta elevada adsorción en suelo y moderada solubilidad en agua, lo que aumenta su potencial para contaminar diferentes ambientes. La contaminación puntual por plaguicidas ha sido abordada a través de la implementación de sistemas de biopurificación, los cuales consisten en una construcción destinada a retener y degradar plaguicidas, y constan de tres componentes: una capa de arcilla, una biomezcla y una cubierta vegetal. La biomezcla es el componente más importante y está formada por un sustrato lignocelulósico, un componente rico en humus y suelo (50:25:25 % vol.). La bioaumentación de las biomezclas con microorganismos capaces de degradar plaguicidas es una estrategia interesante para optimizar la eficiencia del sistema. En este sentido, las actinobacterias se destacan por su potencial para biodegradar plaguicidas, su diversidad metabólica y su capacidad para colonizar diferentes sustratos.