El autor muestra cómo la crisis de la razón occidental, que afecta a todos los espacios del mundo, es puesta de relieve por los novelistas posmodernos franceses. Partiendo de una crítica a la extrema arrogancia que caracteriza a la racionalidad, la reflexión conduce a lo espiritual y al enredo de singularidades culturales que son medidas tomadas para un mundo colectivo cuya humildad será lo esencial.