El presente trabajo trata la resiliencia y la violencia doméstica, donde ambas se interrelacionan a partir de factores internos y externos de cada persona. Una persona con características resilientes es capaz de establecer relaciones sociales constructivas, con sentido positivo de sí mismo, con perspectivas positivas frente a las dificultades y con metas posibles de alcanzar. La violencia doméstica es un instrumento de poder, de caracter funcional respecto al sistema de género dominante, destinado a reforzar la autoridad masculina y a velar por el cumplimiento de los roles atribuidos a las mujeres dentro de la familia y el hogar. Las causas de la violencia contra la mujer son muchas, por lo que es más apropiado hablar de factores desencadenates, que se relacionan en un determinado tiempo y espacio, dando como resultado una variedad de manifestaciones violentas. A lo largo del presente trabajo se reflejará la relación de estos dos conceptos, ya que siendo una persona más resiliente se puede disminuir los efectos y consecuencias de la violencia doméstica; a partir de la promoción del desarrollo de los pilares y componentes resilientes en la vida cotidiana de las personas.