La gestión de la conflictividad escolar se ha convertido en un tema de interés social, por las repercusiones que tiene en la población estudiantil y en los resultados de aprendizaje. Ante esta realidad surgen varios cuestionamientos: ¿están preparados los docentes para tratar los conflictos que se presentan en la escuela? ¿tienen las competencias necesarias para lograr este propósito? ¿qué están haciendo las instituciones educativas frente a esta situación? ¿por qué las metodologías utilizadas no están dando los resultados esperados? estos y otros planteamientos no encuentran respuestas satisfactorias que permitan vislumbrar soluciones eficaces y oportunas a los conflictos escolares. En este trabajo se destaca la importancia de las competencias docentes en el proceso de resolución de conflictos, como un aspecto clave para mejorar la convivencia escolar, además, se identifica los tipos de conflictos más frecuentes y el enfoque que manejan las instituciones educativas en su tratamiento. Los resultados revelaron que las competencias cognitivas, procedimentales alcanzan un mayor nivel de desarrollo, mientras que las actitudinales, no están consolidadas completamente.