En todo el mundo, el nitrógeno es el nutriente más caro y de mayor aplicación en la producción de cultivos. La fertilización nitrogenada ha mejorado significativamente la productividad de los cultivos desde la invención de los fertilizantes sintéticos, pero ha afectado negativamente al ecosistema debido a su enorme aplicación. Por lo tanto, mejorar la producción y la calidad de los cultivos sin afectar al medio ambiente ni a la salud humana son los principales retos de los agricultores. Una de las claves es mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno (NUE) de los cultivos, lo que aumentará la sostenibilidad de la producción agrícola.
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