¡Está respirando! En 1972, Reinhard Bonnke oyó un mensaje de Dios: "¡África será salva!". En obediencia, Bonnke se mudó a África, donde su ministerio creció desde humildes raíces hasta cruzadas delante de más de un millón de personas cada noche. Su ministerio generó increíbles milagros de sanidad de Dios, vio la conversión de musulmanes a un ritmo que registró una carta personal de amenaza por parte de Osama bin Laden, y registró más de 74 millones de decisiones por Cristo. En 2012, Bonnke oyó un nuevo mensaje de Dios: "¡América será salva!". Antes de poder pensar en dejar décadas de trabajo misionero en África, Bonnke hizo algo que nunca antes había hecho: oró por una señal que confirmase su llamado a América. Dios estaba a punto de responder esa oración. Unos días después, una mujer llevó a su esposo a la iglesia nigeriana donde Bonnke estaba predicando, con la esperanza de que ese cuerpo parcialmente embalsamado fuese resucitado de la muerte después de haber estado tres días en un ataúd. Aunque Bonnke no sabía eso y ni siquiera llegó a orar por el hombre, el esposo de aquella mujer comenzó a respirar de nuevo durante el sermón. Delante de miles de testigos, este hombre, que aún no podía moverse debido al rigor mortis, fue resucitado a la vida. Después de su mensaje, Bonnke fue rodeado por una multitud que gritaba: "¡Está respirando! ¡Está respirando!". >He's Breathing! In 2001, as Reinhard Bonnke debated whether or not to move his ministry to America, he did something he had never done before: he prayed for a sign to confirm that God truly was calling him to go to America. God was about to answer that prayer. A few days later, a woman brought her husband to the Nigerian church where Bonnke was preaching, in hopes that his partially embalmed body would be raised from the dead after three days in a coffin. Although Bonnke was unaware of this and never even prayed for the man, the woman's husband, lying in the church basement, began to breathe again during the sermon. In front of thousands of witnesses, this man, who still couldn't move because of rigor mortis, was raised back to life. After his message, Bonnke was besieged by a crowd yelling, "He's breathing! He's breathing!" This incredible miracle, now detailed for the first time, is part of a movement of God, birthed in a small African church and stretching around the world to America. It is the beginning of a work of God that will confirm His word to Bonnke: "America shall be saved." >
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