En esta obra se indaga en la particular perspectiva que al final de sus días sostuvo T. S. Kuhn sobre el espinoso problema del cambio científico. De esta manera, se muestra la importancia que terminó adquiriendo para este autor la modificación del campo conceptual y léxico en esos momentos revolucionarios donde se adoptan nuevas teorías. Momentos extraordinarios a partir de los cuales adquiere otro sentido la realidad y donde, en consecuencia, la persuasión y la retórica pasan a jugar un papel destacado. Algo que no habían tomado en cuenta las diferentes corrientes que defendían un método autónomo de las ciencias, a través del cual se probarían las teorías. Con todo, esta obra reivindica el lugar que ocupa el diálogo y la palabra en el quehacer científico y su evolución, lo que marcó un giro innovador en la filosofía de la ciencia.