En el Sureste peninsular son frecuentes las situaciones anticiclónicas alimentadas en invierno por advecciones de aire polares/árticas continentales. Las cuencas y valles fluviales intrabéticos son bastante proclives al desarrollo de inversiones térmicas. Un claro ejemplo lo constituye la Vega Media del Segura en los meses de invierno, especialmente cuando el enfriamiento nocturno del suelo aparece acompañado por movimientos de aire anticiclónico subsidente, advecciones frías de componente norte a niveles bajos atmosféricos y flujos fríos catabáticos procedentes de la Sierra de Carrascoy. En el presente artículo se analizan tales factores y las situaciones de inversión térmica más importantes registradas en esta Vega durante las últimas décadas. Se utilizan los datos de las estaciones meteorológicas y de los sondeos aerológicos disponibles. Como complemento, se realiza un profundo estudio del parcelario agrícola, así como los efectos que puedan generar las bajas temperaturas sobre los principales cultivos del área de estudio. Finalmente, se proponen una serie de recomendaciones activas, pasivas y "modelísticas", con el fin de mitigar al máximo los efectos de las heladas.