La orden de Nuestra Señora de la Merced cumplirá sus ocho siglos en plena y genuina realización. La Familia mercedaria, religiosos, religiosas y laicos comprometidos estamos en todos los continentes, realizando el carisma redentor inspirado por la santísima Trinidad, por medio de María a san Pedro Nolasco. Comenzamos con los cautivos cristianos en África, nos aprestamos desde el primer momento a la evangelización y promoción humana del Nuevo Mundo. Hoy estamos comprometidos con los más pobres, los más marginados de la sociedad; nuestros campos son las cárceles, los barrios marginales, los colectivos más desechados por la sociedad. Nuestra Señora de la Merced sigue rompiendo cadenas; los hijos de san Pedro Nolasco seguimos en la misma linea de liberación que él nos marcó aún a precio de nuestra propia libertad y de la misma vida.