En los últimos años las empresas mexicanas han estado modificando de facto las relaciones laborales al sustituir las contrataciones de tipo permanente o indefinido de sus empleados por formas de contratación temporales. Además, extienden la jornada laboral y aplican mecanismos de sobreexplotación de la mano de obra. Estos cambios, que violentan hasta los más elementales derechos de los trabajadores, siguen el itinerario de las denominadas reformas estructurales inspiradas en la visión dogmática del paradigma neoliberal, actualmente en crisis. En esta obra se realiza un análisis económico desde la perspectiva de la oferta laboral acerca del papel que juega el sector informal dentro del mercado de trabajo en México. Se explica que por las características particulares de sus mercados laborales, no resulta adecuado que en países subdesarrollados como México se aplique una reforma laboral flexibilizadora que afectaría el comportamiento de los agentes en el mercado laboral y podría modificar drástica e irreversiblemente la configuración de las relaciones de producción al introducir nuevos factores que impactarían negativamente tanto a la demanda como a la oferta en el largo plazo.