En las décadas de 1960 y 1970 Colombia enfrentó múltiples transformaciones en diferentes campos. Las políticas de control natal promovidas por el Estado dividieron las opiniones y suscitaron uno de los debates más intensos sobre las concepciones y prácticas de la sexualidad, entonces dominantes. La moral sexual, que la Iglesia católica había defendido y legitimado con su autoridad, perdió terreno frente a sectores sociales que promovieron la educación sexual como herramienta de autodeterminación del ser humano, situación que favoreció el proceso de secularización.