El mundo hegemónico contemporáneo que hoy invade el planeta, el imperio en marcha, ha gestado una forma de vida que vive de anular toda otra forma de existencia y en esa invasión el territorio de la sentimentalidad ha adquirido un lugar estratégico y fundamental. Esta situación impone adentrarse en la creación de espacios de crítica y apertura de líneas de producción de otra humanidad a la que hoy se impone, lo que para nosotros supone generar una lectura crítica de las formas de socialidad liberal-capitalista, de la sociedad de la mercancía, en las que la sentimentalidad ocupa un sitio preponderante, no únicamente por su trascendencia como umbral que nos permite pasajes específicos de la interioridad a la exterioridad, del manejo de las distancias sociales, sino también en tanto se nos aparece socialmente como un terreno ajeno a las lógicas de dominación, de manipulación política y de uso estratégico en la expansión e intensificación de la socialidad subordinada al mundo del intercambio mercantil. Así, nos interesa contribuir al cuestionamiento radical del mundo del sentir situado en un mundo único, biopolítico y en Estado de Guerra.