El ser-humano tiene que ser considerado en forma integral, con individualidad e intimidad propias, cuya personeidad y personalidad son indisociables. Como persona, comprende una serie de las dimensiones antropológicas clave: (a) como ser-en-relación se vincula socialmente con otros congéneres y seres vivos, además de su medio ambiente; (b) como ser-en-participación gestiona su vida y desarrolla su proyecto de vida; y, (c) como ser-con-los demás, armoniza la sana convivencia social y ambiental. Luego, el ser humano desde las tres conceptualizaciones anteriores se enmarca desde un modelo holístico con sus consecuentes responsabilidades y compromisos con el mundo en que está inmerso. Desde un paradigma antropoético, se busca la mejor comprensión biológica, psicológica y ecosocial, reflexión compleja, no sólo por la diversidad cultural, lo multiétnico y la pluralidad de opiniones, sino también por la variabilidad de sus concepciones según el momento y lugar que se estudie.