Hablar de pensamiento filosófico latinoamericano supuso un ejercicio marcado por la labor de justificación y legitimación de la pretensión de pensarnos a nosotros mismos en tanto que latinoamericanos, cuestión que sin duda arroja una diversidad de posiciones al respecto, y es que parece ser que Latinoamérica se siente siempre tomando en préstamo algo. América Latina busca superar el relato colonialista que conceptualiza el comportamiento pasivo del sujeto colonizado, presentando el relato desde la historia de los vencedores, por tanto, se trata ahora de poner en discusión las narraciones eurocéntricas, para dar cabida a la subjetividad diversa del latinoamericano. Por este motivo, la actual configuración del pensamiento latinoamericano y su exigencia de reconocimiento, se juega desde diversas perspectivas para lograr reconfigurar de otra manera las relaciones existentes de poder y comprender el desarrollo de una nueva sensibilidad hacia las diferencias y complejidades de nuestra sociedad y cultura, despejada por la perspectiva posmodernista.