En el amor de Cristo me dirijo a todos mis hermanos ministros y líderes que están al servicio de nuestro Dios todo poderoso. Jehová de los ejércitos, el que sabe todas las intenciones de nuestro corazón, que no puede ser burlado.Con todo el deseo de ser de edificación, comparto mis experiencias en la vida cristiana, como ministro y líder que, por la misericordia del Señor viví tanto en la ciudad como en el campo. Las luchas y sufrimientos que conlleva el servicio y la dedicación del ministerio de forma desinteresada, confiando y viviendo por fe, en contra de todo lo que perjudique a la iglesia de Cristo.