En nuestro medio, el derrame pleural (DP) maligno ha permanecido como la primera causa de derrame pleural en los pacientes estudiados por toracocentesis a lo largo de los últimos años, siendo el carcinoma bronquial el más frecuentemente implicado. La asociación de DP a cáncer de pulmón, según algunos autores, presenta una incidencia de un 7-15%. Desde siempre, la presencia de una efusión pleural en este contexto ha planteado ciertas controversias en cuanto a manejo e implicaciones pronósticas: ¿deben ser generalmente considerados estos casos como irresecables? ¿es imprescindible la toracoscopia para decidir la actitud terapéutica?.