En el Reino del habla, las letras, las sílabas, como tales, son protagonistas por si mismas, tienen vida propiä pero, ¿quién elige cómo han de combinarse? ¿Dónde ocurre la magia que las convierte en palabras? Con sus dudas y temores las sílabas aguardan su destino, adquiriendo carácter, forjando alianzas. Algunas lo tienen claro, otras se dejan llevar por sentimientos como el amor, o la ambición del poder. Ser la más fuerte, la imprescindible, la que tenga un significado sublime.