Hablar del derecho es incidir en una parte del conocimiento dinámico de hoy, ¿acaso siempre no lo ha sido? El derecho como doctrina es la facultad que le otorga relevancia a las conductas de los sujetos de derecho, en cada acto o hecho. Es el soporte jurídico que permite que las personas por el hecho de ser tales, respondan a la naturaleza de las normas jurídicas, que regulan el proceder inter vivos. El soporte jurídico lo encontramos en la Constitución del Estado, que prescribe los derechos fundamentales de las personas, sus alcances y límites. Si el derecho no morirá mientras exista el Estado, queda claro que cada vez nazcan nuevas formas y fórmulas jurídicas, que regulan los actos de los hombres. La constitución se encarga de dar la dote jurídica a los sectores que forman parte del Estado, y constituye el parámetro suficiente para evitar que una conducta no rebase la propia norma. El control social constituye la fuente principal de prevención que obliga a los ciudadanos a obedecer las reglas y defender los principios, aprovisionando en las mentes lúcidas de los sujetos de derecho, el costo de la comisión de un determinado acto ilícito, con la finalidad de evitarlo.