La producción de hoja de coca ha avanzado de forma consecutiva, llevando a cabo una creciente producción en los distintos departamentos de Bolivia (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), siendo la producción permitida por la Ley 1008, de 12000 hectáreas. Pero en los últimos estudios realizados por UNODC (2013), señala que hay aproximadamente 25300 hectáreas plantadas de hoja de coca, lo cual significa que 13300 hectáreas son cultivadas ilegalmente o bien destinados al narcotráfico, es por ello que se procede a su incautación y su incineración. Por otro lado se tiene los residuos del rumen (contenido ruminal) y el estiércol acumulado en el matadero municipal de la ciudad de El Alto que son generados a diario, provocando contaminaciones mediante: lixiviados, emisión de gases a través del desprendimiento de metano y la reproducción de insectos los cuales son vectores de enfermedades. Frente a esta situación, una de las alternativas de tratamientos de residuos orgánicos es el compostaje, que consiste en un proceso biooxidativo en la que intervienen poblaciones microbianas (bacterias, hongos y actinomicetos) en función a los factores que afectan el proceso (humedad, temperatura, pH, etc.).