El vocablo "sínodo" viene del término griego "synodos" que significa literalmente "camino hecho juntamente". El IV Concilio de Letrán establece la celebración anual de los sínodos diocesanos. A partir de los decretos tridentinos existe un resurgimiento universal de dichos sínodos que en España se mantiene hasta mediados del siglo XVII, resultando ser un claro exponente de actividad eclesial. Por el número de asambleas celebradas, destaca especialmente la Diócesis de Ourense, con un total de 55 sínodos. Estos intentaron conseguir una serie de objetivos esencialmente pastorales, con una exuberante normativa dirigida a mantener la disciplina del clero, corregir sus excesos y alimentar su ciencia, además de reformar las costumbres del pueblo fiel.