Este libro completa el escenario de la historia térmica de la cuenca carbonífera del carbón de Lorena (Izart et al., 2016) siguiendo el nuevo modelo tectónico desarrollado por Averbuch et al. (2012) y propone algunas consecuencias para el sistema petrolífero y la explotación del metano en capas de carbón (CBM). Para caracterizar la evolución de la cuenca carbonífera de Lorena se han utilizado datos de maduración de la materia orgánica (reflectancia de vitrinita) determinados en once sondeos y siete líneas sísmicas adquiridos en la Lorena oriental. Se han calculado las sobrecargas mesozoicas y paleozoicas mediante el programa Petromod. Los resultados muestran que (1) la erosión paleozoica puede estimarse en un máximo de 1200 m, lo que representa un evento de baja amplitud; (2) se produjo poca erosión entre el Paleozoico superior y el Mesozoico inferior: el desfase de paleotemperatura es de unos 20°C (respectivamente 0,7 y 0,5 para los datos de RV); (3) la sobrecarga de la cubierta cretácica alcanza un máximo de 300 m y disminuye hacia el este; y (4) los flujos de calor variables concuerdan bien con las fases compresiva y extensiva del Paleozoico y la fase extensiva del Mesozoico. La cuenca carbonífera de Lorena es un objetivo para el gas de hulla y la presencia de fracturas naturales permitirá una buena explotación.
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