Los cuentos no sólo narran historias fantásticas, sino que también, se constituyen como la forma más poderosa de organizar y transmitir información y la que más le gusta oír a la gente. El poder de la narración reside en capturar experiencias complejas que combinan los sentidos, la razón, la emoción y la imaginación en un resumen denso que puede ser reconstruido partiendo de una u otra de estas partes. Las historias se quedan en la mente de las personas, cosa que no pasa con la información, se interiorizan y personalizan, toman multitud de significados y multiplican el potencial de impacto de un mensaje y, en consecuencia, las posibilidades de que sea recordado. A través del texto se propone unas claves sobre cómo usar el storytelling como estrategia electoral.