La pregunta que ha suscitado toda está linea de investigación ha sido: ¿En qué parte del cerebro de un paciente con T.D.A.H (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), está esa disfunción que genera los síntomas que conocemos? A falta de una teoría general sobre el funcionamiento del cerebro, es muy posible que su poder computacional resida en el refinado patrón de conexiones entre neuronas, cuyas reglas generales fueron ya descritas por Santiago Ramón y Cajal, hace un siglo. Modernos métodos de mapeo cerebral, como la tomografía por emisión de positrones (TEP) o la resonancia nuclear magnética, nos permiten detectar disminuciones de las dimensiones de la corteza cerebral en los lóbulos frontales o de algunas estructuras subcorticales, como los ganglios basales o el tálamo en los niños con TDAH, así como disminuciones de la actividad metabólica de estas zonas cerebrales. A la vez, los parámetros del EEG cuantitativo, como la ratio theta/beta, en niños con TDAH, puede estar significativamente aumentada (de dos a tres veces), respecto al mismo parámetro medido en niños normales. Así pues la aplicación del EEG cuantitativo en el diagnóstico del TDAH va a ser crucial.