En la actualidad, los imaginarios sociales han potencializado la capacidad discursiva y simbólica de los sujetos, haciendo de estos productos de consumo masivo y de aparición obligada para lograr su consumo. Los medios, sean estos virtuales o informativos, han alcanzado el nivel de productores de un tipo de subjetividad propia en la cual cada sujeto se asume como constructor de su propia identidad, pero es consciente que ésta está previamente ideada, controlada y distribuida por las grandes empresas dueñas de las redes de información en el mundo. En tal sentido, la realidad se ha convertido en la presencia de un yo que entra en relación con muchos y diversos yoes , que según las necesidades de la sociedad de consumo, cumple determinadas condiciones y presenta unas características particulares. En las redes de información, los sujetos consumen la verdad construida según una intención unificadora y reproduce lo más fielmente para no dejar lugar a dudas, críticas o reflexiones. Los medios logran llegar con el tratamiento de la información a construir verdades, a rechazar generalizadamente comportamientos, señalar responsables y mostrar como necesarios a sujetos o situaciones que así