Le pregunté a uno de mis amigos que ya viene cruzando los 60 años y dirige a los de 70 años u 80 años en grupos de encuentro ¿Qué tipo de cambio está sintiendo al vivir tus experiencias? Y me envió el siguiente resumen muy interesante: Después de amar a otros e comenzado a amarme a mi mismo, me acabo de dar cuenta que no soy el que sostiene al mundo, ahora mismo escribiéndote he dejado de negociar, pago al taxista sin esperar el vuelto, no me cansaré de escuchar a los ancianos sus mismas historias una y otra vez, he aprendido a corregir a las personas hasta cuando ellos lo permiten, doy elogios libre y generosamente, he aprendido a no molestarme por cualquier cosa, me alejo de quienes no me valoran, estoy aprendiendo a no sentir vergüenza de mis emociones, he aprendido que es mejor dejar caer el ego que romper una relación, he aprendido a vivir el presente, hago aquello que me hace feliz, valoro a mis amigos aunque fueran pocos y decidí compartir esto, pues considero que no hay que llegar a viejo, para llegar a pensar de esta manera...Por eso coincidimos en agradecer, a nuestros mejores amigos, quienes nos educaron en el AMOR: nuestros padres!