Esta investigación aporta algunas tesis respecto de la emergencia del movimiento obrero ecuatoriano en el contexto político y literario de los años 30. A partir de la promulgación de los estatutos de la III Internacional Comunista, el imaginario político en Ecuador configuraba un obrero tipo u obrero industrial que no correspondía, mayoritariamente, al trabajador artesanal que las relaciones pre capitalistas de producción impulsaban a través del sistema de hacienda. Por el contrario, el discurso literario contribuyó a promover un relato más cercano a las condiciones del trabajador ecuatoriano en el lento desarrollo de las fuerzas productivas que todavía se experimentaba en la década de 1930 en Ecuador. Sin embargo, con el pasar de los años esta corriente literaria se estancó y no logró aportar una lectura sostenida de la transformación política del carácter de la organización sindical.