Treinta y seis años antes de la crisis por la invasión francesa y el inicio de la Independencia Hispanoamericana, las autoridades españolas tenían los mayores recelos y temores sobre el futuro de su enorme Imperio Indiano. Un motivo era la creciente presencia de franceses e ingleses en islas de la Polinesia Oriental como Tahití, visitada en 1767 por el inglés Wallis, amenazando las colonias costeras del Pacifico. Había la imperiosa necesidad de explorar y ocupar esos archipiélagos, impidiendo a potencias rivales instalarse allí. Don Josef de Andía y Varela, navegante y comerciante vizcaíno del Reino de Chile, fue elegido por su pericia náutica y cualidades personales, para integrar la segunda expedición enviada en 1774 hacia el centro del Gran Océano, y testimoniando su aventura oceánica redactó un notable texto de gran valor etnográfico, que transcribimos. A sugerencia del virrey Manuel de Amat, quien debió conocerlo como Gobernador de Chile, se le pidió acompañar a la fragata "El Águila", en el paquebot mercante "Júpiter" que navegaba entre Valparaíso y el Callao; del cual Andía y Varela, además de maestre piloto, era dueño.