El descubrimiento de fármacos está evolucionando rápidamente con la integración de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y CRISPR. La IA mejora el proceso de desarrollo de fármacos al permitir un análisis más rápido y preciso de los datos biológicos, optimizar la identificación de compuestos principales y predecir las interacciones entre fármacos. Por su parte, la tecnología CRISPR permite editar genes con precisión, lo que facilita el estudio de enfermedades genéticas y el desarrollo de terapias dirigidas.Juntas, estas innovaciones están transformando los métodos tradicionales, reduciendo el tiempo y los costes de comercialización de nuevos fármacos y allanando el camino a la medicina personalizada. Al aprovechar los macrodatos y las biotecnologías avanzadas, los investigadores pueden comprender mejor los mecanismos de las enfermedades y desarrollar tratamientos más eficaces, mejorando en última instancia los resultados de los pacientes.
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