Con el logro de la independencia política, a nivel individual, cada país africano ha formulado políticas de desarrollo, programas y proyectos de desarrollo casi implementados y las intervenciones donde se han podido ver programas que han tenido fallos. En las mismas direcciones se han invertido en la integración regional y continental. Desde la formación de la Organización de la Unidad Africana (OUA) hace 51 años, los países africanos se han esforzado por integrar sus economías, así como sus diversas entidades sociales y culturales dentro de un mismo marco político general. Sin embargo, aunque estos esfuerzos se puede decir que han alcanzado distintos niveles de éxito, África sigue siendo el continente menos desarrollado. Una de las principales razones del lento ritmo de desarrollo de África es la falta de la cultura de gestión orientada a los resultados que se caracterizan por la rendición de cuentas y la transparencia nebulosa limitada en la definición del programa de desarrollo, planificación, implementación y gestión. La rendición de cuentas y la transparencia nebulosa limitada se deben al bajo perfil de las estadísticas casi a todos los países africanos.