Tal es el caso también de la vida social científica, en donde, como diría Max Planck: "Una verdad científica no triunfa convenciendo a sus opositores y haciéndoles ver la luz, sino más bien porque sus opositores terminan muriendo y una nueva generación crece familiarizada con ella", esto nos da luces acerca de la presencia de personas que no cambian ni hasta el último minuto de sus vidas, pues la evolución no es totalitaria, sino mas bien, democrática, y aunque las posibilidades de subsistencia puedan ser mayores para quienes evolucionan, existe una mínima probabilidad de sobrevivir sin cambios aparentes, debido tal vez a una necesidad que no comprendemos.